Seguimos con la publicación de la historia de Iqbal Masih.
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1.9. EL VULGAR GANADO HUMANO
Todos los ladrillos que no resultaban perfectos eran deducciones en el salario, o peor, eran obje-to de una retención de dinero. Como en los talleres de tejidos, los patrones de ladrillos utilizaban sin vergüenza toda clase de artificios para colocar a sus empleados en una situación de dependencia total.
Recurrían a dos métodos com-plementarios: hacían contraer a sus jornaleros préstamos más elevados y jugaban con sutileza con la interrupción del trabajo por la estación del monzón. Sin trabajo, por la llegada de las lluvias, las fábricas cerra-ban provisionalmente. La mayoría de los obreros se quedaban sin recursos durante un período de cuatro u ocho semanas, período en que se podían incrementar la necesidad de pedir préstamos.
Algunos hombres trabajaban en el campo algunos me-ses o en las afueras de las ciudades. La gran mayoría esperaban a que vol-vieran a abrir su lugar de trabajo. Cualquier enfermedad o accidente que aparecía les obligaba a pedir un préstamo al empleador habitual. Con la consecuencia de continuar en ese círculo infernal del endeuda-miento y del 'paishgee'.
Tienen la prohibición de salir sin autorización, de cuidados en caso de enfermedad, de defensa en caso de violación o de otras formas de abuso sexual o peor todavía, susceptibles de ser vendidos como vulgar ganado humano por su patrón a otra fábrica de ladrillos, añadiendo al 'paishgee' de los obreros vendidos su comisión, la cual se eleva algunas veces a miles de rupias. El comprador realiza lo mismo, au-mentando la deuda de la familia que no lo descubrirá hasta más tarde. Así la venta se convierte en otra forma más de cerrar el círculo infernal del 'paishgee'. Si el cabeza de familia se muere, la integridad de la deuda contraída se transfiere a la esposa y a sus hijos. Y si éstos son incapaces de fabricar diariamente el mismo número de ladrillos que su padre, todos son sepa-rados, la madre vendida por un lado y los hijos por otro. Algunos pro-pietarios consideran que el hecho de poseer un credencial sobre estas familias les da el derecho de acosar sexualmente a las esposas e hijas. Otros no dudan en encarcelarlas en cárceles privadas hasta que éstas ceden.
1.10. LA AVENTURA DE BHATTA
El Bhatta Mazdoor Mahaz (Frente de los tra-bajadores de ladrillos), una especie de sindicato, fue creado en 1967 para defender a los trabajadores de las fábricas de ladrillos. Su fundador, Ehsan Ullah Khan, un joven estudiante de derecho de Lahore, conoció la historia de un grupo de ladrilleros de Kasur, uno de los distritos más feudales de Punjab próximo a la frontera india. El más viejo de estos obreros, Baba Kula MASIH, había contado sus desventuras y el secuestro de una mujer de su grupo por el patrón. Tomando el caso, Ehsan Ullah Khan convenció al viejo para que pusiera una denuncia y hacerle declarar en un tribunal. Iniciativa determinante, ya que esta acción con la justicia acabó, algunos días más tarde, con la liberación de la rehén.
Al poco tiempo, se constituyó, con los medios escasos, un grupo de pre-sión agrupando a periodistas y a intelectuales izquierdistas, y un sindicato uniendo a los obreros pobres para la defensa de sus derechos. El Bhatta Mazdoor Mahaz llegó a ser la única fuerza de agitación y de oposición que se esforzaba en defender por todo Pakistán a los trabajadores esclavos. Esta tarea militante que conducía a sus miembros y a Ehsan Ullah Khan a atravesar las provincias, con el fin de entrar en contacto con el mayor número de obreros, les hacía correr serios riesgos para su seguridad personal. ¿Cómo hacer comprender la ignominia de la esclavitud a una clase dominante de feudales acostumbrados, de padres a hijos, abusar de la voluntad de sus empleados y de sus criadas?
1.11. SOLO CONTRA TODOS
La tarea a la que se había consagrado Ehsan en 1967 se oponía a las costumbres locales. Su peso político nulo les condenaba a la impotencia. Las desigualdades económicas que padecían reflejaban una desigualdad social que era vista como normal.
Desde su creación en 1967, este "Frente de trabajadores del ladrillo" era fuertemente combatido. Y entre los millones de obreros explotados que contaba el país, ningún nombre era tan popular como el de su fundador, Ehsan Ullah Khan. Con su aspecto fiero, era capaz de convocar a las masas cuando apelaba ardientemente a la liberación de todos los esclavos. Este hijo de un modesto empleado de correos de Punjab se convirtió en alguna forma, el 'Moisés' de estos millones de esclavos cristianos oprimidos. Su vida, marcada por los cantos emotivos que se transmitían oralmente de generación en generación, había sido reflejada en una obra de teatro titulada "Itt o el ladrillo". Un espectáculo destinado a ser representado en varias ciudades de Punjab con la esperanza de sensibilizar a las clases medias mostrando cómo se trataba a estos hombres peor que si fueran animales.
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