Un poco de humor tarifa plana bis sep

Seguimos con más humor para alegrar el finde. "Leer más"

Dos amigos se encuentran por la calle:
—Alberto, ¡cuánto tiempo sin verte! ¿Qué es de
tu vida?
—Pues mira, me he casado.
—¿En serio?
—Ah, ¿es que hay algún modo de casarse en broma?


Dos amigos se encuentran por la calle:
—¡Cono, Pepe! ¿Qué te pasa que te veo tan tristón?
—Pues nada, ahora vengo del médico, que me ha dicho que estoy
deprimió y que lo que tengo que hacer es buscarme un hobbi.
—Ah, bueno, ¿y qué problema hay?
—¡No te jode! ¡A ver dónde encuentro yo ahora un puto enano
de esos!


—Tío, tengo una buena y una mala noticia.
—Mira, llevo una semanita... Estoy harto de malas noticias, así
que dime únicamente la buena.
—El airbag de tu coche funciona a la perfección...


Después de un tiempo de calma en el Paraíso, Dios decidió que
ya era hora de empezar a poblar su Creación, así que llamó a Adán a
su presencia:
—Es tiempo de que Eva y tú empecéis a darme nietos, así que,
como primer paso, acércate a ella y le das un beso.
—Sí, Señor, pero no sé qué es eso —replica Adán.
El Señor le dio una descripción breve y Adán tomó a Eva entonces
por la mano, la llevó detrás de un arbusto cercano y reapareció después
de unos minutos:
—Vaya, Señor, ha resultado bastante agradable.
—Sí, Adán, pero ahí no acaba todo, ahora tienes que acercarte y
acariciarla.
—¿Que es «acariciarla»?
El Señor le dio una descripción breve a Adán y éste volvió a tomar
a Eva de la mano, la condujo detrás del arbusto y varios minutos
después, regresó sonriente:
—Señor, fue incluso mejor que el beso.
—Has hecho bien, Adán, y ahora, para que mi Creación florezca
de vida, quiero que hagas el amor con Eva.
—Señor, ¿qué es «hacer el amor»?
El Señor le dio instrucciones de nuevo a Adán, y Adán fue con
Eva, detrás del arbusto. Al poco, se asoma con gesto contrariado...
—Señor, ¿qué es un «dolor de cabe2a»?


—Hijo mío —dice el padre mirando la factura del colegie
nunca pensé que tus estudios fueran tan caros.
—Y eso que soy de los que menos estudian...


La profesora de quinto pide a sus niños que escriban una redacción
breve donde aborden los siguientes temas: religión, nobleza,
sexo y misterio. Al momento, un pequeño de la última fila levanta la
mano y dice haber terminado ya.
Extrañada, la maestra le pide que la lea y el niño entona:
—«Ay, Dios mío! —exclamó la condesa—. Estoy embarazada y
no sé de quién!»