martes, 17 de noviembre de 2009

Las "joyas" de Caritas in Veritate

Continuamos con nuestra particular exposición de la última encíclica del Papa.

Esta vez bajo el título "El desarrollo humano en nuestro mundo" en el capítulo 2

Que os aproveche!!!!



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“El estar sin trabajo durante mucho tiempo, o la dependencia prolongada de la asistencia pública o privada, mina la libertad y la creatividad de la persona y sus relaciones familiares y sociales, con graves daños en el plano psicológico y espiritual.”

“Quisiera recordar a todos, en especial a los gobernantes que se ocupan en dar un aspecto renovado al orden económico y social del mundo, que el primer capital que se ha de salvaguardar y valorar es el hombre, la persona en su integridad: «Pues el hombre es el autor, el centro y el fin de toda la vida económico-social»”

“El eclecticismo y el bajo nivel cultural coinciden en separar la cultura de la naturaleza humana. Así, las culturas ya no saben encontrar su lugar en una naturaleza que las transciende, terminando por reducir al hombre a mero dato cultural. Cuando esto ocurre, la humanidad corre nuevos riesgos de sometimiento y manipulación.”

“La apertura a la vida está en el centro del verdadero desarrollo. Cuando una sociedad se encamina hacia la negación y la supresión de la vida, acaba por no encontrar la motivación y la energía necesaria para esforzarse en el servicio del verdadero bien del hombre.”

“Si el hombre fuera fruto sólo del azar o la necesidad, o si tuviera que reducir sus aspiraciones al horizonte angosto de las situaciones en que vive, si todo fuera únicamente historia y cultura, y el hombre no tuviera una naturaleza destinada a transcenderse en una vida sobrenatural, podría hablarse de incremento o de evolución, pero no de desarrollo.”

“No existe la inteligencia y después el amor: existe el amor rico en inteligencia y la inteligencia llena de amor.”

“La dignidad de la persona y las exigencias de la justicia requieren, sobre todo hoy, que las opciones económicas no hagan aumentar de manera excesiva y moralmente inaceptable las desigualdades y que se siga buscando como prioridad el objetivo del acceso al trabajo por parte de todos, o lo mantengan”

2 comentarios:

Angelo dijo...

El a ño antes de casarme supe lo que era estar sin trabajo. Mas de un año buscando. La sensación de inutilidad, de humillación, la necesidad imperiosa de llevar un dinero a casa hacía que hubiera momentos de flaqueza, y de gran desolación. El Papa hace una maganifica reflexión sobre los efectos de ello. Un abrazo

amordesamaritana dijo...

Comparto tu opinión acerca de la reflexión del Santo Padre. En un grupito, estamos leyendo despacio y trabajando la Encíclica, y a mí una de las cosas que más me está sorprendiendo, a nivel general, es lo fino que hila Benedicto XVI, cuando habla de realidades tan delicadas como el paro y la precariedad laboral. En este, y otros temas, está desmontando muchos mitos que tenemos hoy.
Personalmente, la encíclica es un cuestionamiento constante a mis actitudes y formación como Cristiana sobre la realidad que me rodea

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