ASISTENCIA RELIGIOSA CATÓLICA EN LOS HOSPITALES

ASISTENCIA RELIGIOSA CATÓLICA EN LOS HOSPITALES
Por José Carlos BermejoReligioso camilo, Director del Centro de Humanización de la Salud.

He leído la nota informativa de la Agencia Española de Protección de Datos en la que, tras la emisión del informe solicitado por el Ministerio de Justicia sobre la adecuación a la LOPD del Convenio suscrito entre la Comunidad de Madrid y la Provincia Eclesiástica de Madrid, la AEPD exige limitar el acceso de los Servicios de Asistencia Religiosa Hospitalaria a los datos de los pacientes.

La AEPD, agencia española de protección de datos, requiere a la Comunidad de Madrid para que traslade a los hospitales sometidos a la competencia de la AEPD, la necesidad de limitar el acceso por parte del Servicio de Asistencia Religiosa Hospitalaria y de representantes religiosos de dicho servicio en os comités de ética hospitalaria y equipos interdisciplinares de cuidados paliativos, a los datos estrictamente necesarios para el desempeño de las funciones expresamente atribuidas a estos colectivos.

Me resulta difícil comprender este atropello si no es pensando que efectivamente hay una actitud proactiva en contra de la iglesia católica en este momento. Quiero no pensar así, pero, al menos en algunas situaciones como ésta, me resulta inevitable. Es obvio que el Convenio “prevé accesos a datos de paciente sen tanto resulte necesario para la adecuada asistencia religiosa de los pacientes que así lo soliciten”. Y yo me pregunto: ¿a qué agente de pastoral se le va a ocurrir indagar en las historias clínicas a discreción? ¿Lo haría igualmente el psicólogo? ¿O es que el agente de pastoral es malévolo y curioso por definición y el resto de profesionales de la salud son “asépticos” y respetuosos con la información de las historias clínicas?

En fin, aparte de la seria dificultad de ejecutar el contenido de las conclusiones remitidas por la Agencia Española de Protección de Datos a la Comunidad de Madrid a solicitud del Ministerio de Justicia, pues en la práctica es prácticamente inviable, me temo que este sea un paso más para mandar a los miembros de los Servicios de Asistencia Religiosa Hospitalaria a la calle no tardando mucho. Y lo que me temo más es que ¿quién será el reclamo de la dimensión espiritual del ser humano en la enfermedad y la muerte? ¿Quién será el referente disponible 24 horas al día para atender tantas situaciones de sufrimiento denso y de necesidad del mundo simbólico, de recursos espirituales, de ritos, de celebraciones religiosas, para vivir tanto dolor como encontramos en los seres humanos? Es obvio que no ganaremos nada, si llegamos a ese punto. Será un paso más del camino deshumanizador que a veces nos empeñamos en recorrer en el mundo sanitario.

Tomado de http://www.humanizar.es/formacion/opinion/opinion_0002.html